La actividad física-deportiva es una herramienta fundamental en el proceso de rehabilitación de las personas que portan algún tipo de enfermedad física o mental permanente, sea ésta de origen congénito o adquirido.
Es así que el deporte en sus múltiples manifestaciones, brinda posibilidades de satisfacción, integración y de independencia total o parcial, entre otros beneficios.
De allí que niños y niñas con diversas patologías como cáncer, sida, discapacidades físicas y mentales, que asisten a la Escuela Hospitalaria de la Corporación de Ayuda al Niño Enfermo de Cáncer (CANEC) –ubicada en el hospital Gustavo Fricke- participan en el proyecto “Discapacidad es reflejo de aprender con amor”, financiado por Chiledeportes.
Se trata de una iniciativa de formación para el deporte, que ejecuta el club de Yoga Kamakura de Viña del Mar, orientado a elevar la calidad de vida de los niños con enfermedades que les impiden asistir a sus establecimientos educacionales. Para no perder el año escolar, los pequeños participan en clases reconocidas por el Ministerio de Educación, con el fin de reintegrarse a sus establecimientos tradicionales una vez finalizados sus tratamientos médicos.
El director regional de Chiledeportes, Carlos Aranda, quien señaló que el Fondo Nacional para el Fomento del Deporte 2009, otorgó al club de Yoga Kamakura 1 millón 598 mil pesos, los que se destinan a la contratación de una instructora de yoga, la compra de vestimenta y colchonetas para el trabajo con los menores.
Dos veces por semana la instructora Marcela Vega trabaja con los niños su motricidad fina y el sentido del equilibrio, con juegos refuerzan la agilidad mental, el conocimiento del cuerpo y miniminizan el estrés que significa tener patologías que limitan su vida diaria.
El director de la escuela Hospitalaria, Pedro Cepeda, señala que esta iniciativa de actividad física adaptada es fundamental para el autoconocimiento de los niños, gracias al ejercicio del cuerpo: “La reflexión asociada a esta propuesta impacta positivamente en ellos, pues quedan más relajados, bajan sus niveles de ansiedad, lo que favorece el posterior trabajo cognitivo que realizamos con los niños”.
Los pequeños esperan la hora de la actividad física, observándose avances en su comunicación con los demás y en la coordinación, tal como señala el menor Alvaro Marchant (11 años), quien desde su silla de ruedas indica: “Me gusta esta clase, puedo sentir y mover mi cuerpo, y cuando terminamos me siento bien”.
De los 145 proyectos de fomento deportivo, que actualmente se ejecutan en la región de Valparaíso con apoyo del Fondeporte, 4 están orientados a la población con discapacidad, beneficiando aproximadamente a 100 personas, principalmente en edad escolar. Es por eso que el próximo año Chiledeportes aumentará los recursos para apoyar puntualmente este tipo de iniciativas”, dijo el director regional de Chiledeportes , Carlos Aranda.
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